Más y mejor moratoria, por compasión
Por Míchel Jorge Millares
Muchos ciudadanos se preguntan qué les importa a ellos la moratoria urbanística esa que, además, es probable que crean que se trata de una fórmula para aplazar el pago de su hipoteca...
Pues si, tiene que ver con la hipoteca, pero la del futuro de todos los canarios, ya que nuestras islas no son de chicle y sobre su suelo no caben más camas turísticas en otros suelos que no sean los que ya están degradados. O sea, que lo que hoy se construye hipoteca aún más el territorio que heredarán nuestros hijos.
En Gran Canaria tenemos muy claros ejemplos de establecimientos turísticos obsoletos o cuyo uso ya no tiene que ver con el turismo. Zonas donde a nuestros visitantes les puede producir un trauma psicológico que haga que no deseen volver nunca.
Frente a eso, los constructores y los propietarios susurran con la boca chica algún ronroneo de que hay que reconvertir la planta alojativa para atraer turismo de calidad. Pero eso sí: siempre que reciban ayudas públicas. Mientras tanto, rechazan de plano que les impidan ocupar otros territorios que podrían y deberían salvarse del bloque y el cemento.
Pero claro, resulta que los empresarios tienen dinero que les quema porque han dotado parte de sus beneficios a la reserva de inversiones y tienen que invertirlo en un plazo limitado de años y no saben otra manera de hacerlo que acabando con el poco suelo que queda en el litoral canario.
¿Y quién les ha conseguido la reserva de inversiones? ¿Los mismos que les imponen la moratoria que les impide invertir? Evidentemente es para volverse loco, o para preguntar a quien corresponda dónde se puede destinar esos miles de millones de las antiguas pesetas en esta tierra...
Está claro que es una contradicción, pero también es cierto que de no imponerse una medida correctora como la moratoria, la reserva de inversiones y el afán depredador de algunos constructores habría dado lugar a la desaparición de lo poco que queda sin construir en nuestro litoral. Por eso, porque creo que se debe apostar por el futuro y no por el negocio a corto plazo, es necesario consolidar la moratoria y reconducir parte de ese dinero que hay en la Reserva de Inversiones a sectores que diversifiquen la economía de las islas, pero sin olvidar la renovación de las zonas turísticas degradadas, que buena falta le hace porque ocupan un espacio privilegiado en Europa y ya están más que amortizadas.
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