La cuarta parte de los Parques Nacionales están enfermos
Al menos el 24 por ciento del arbolado de los 14 parques nacionales existentes en España está dañado, cuando esa cifra no llegaba ni siquiera al 13 por ciento en el año 1999, según se desprende del primer «Informe de Situación de la Red de Parques Nacionales» elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente. Teniendo en cuenta que este informe fue cerrado con datos de finales de 2006, es probable incluso que ese porcentaje de arbolado dañado supere en este momento el 24 por ciento mencionado. De ahí que la titular en funciones del Ministerio de Medio Ambiente, Cristina Narbona, presentara ayer este amplio informe al Consejo de Ministros con el fin de que posteriormente sea remitido al Senado y éste lo apruebe «con las incorporaciones que del debate en la Alta Cámara se deriven», tal y como se subraya en su presentación.
Gran valor ecológico
En este momento, y siempre según se desprende de los datos del informe presentado ayer al Gobierno en funciones por Narbona, la superficie total de los 14 parques nacionales asciende a 348.000 hectáreas y, a pesar del deterioro experimentado entre 1999 y 2006, todavía se caracteriza por «su alto valor ecológico y paisajístico, así como por su heterogeneidad». No en vano los parques nacionales acogen ecosistemas propios de alta montaña, bosques, zonas húmedas y ecosistemas marinos y litorales tanto peninsulares como de las islas Baleares y Canarias.
Además, gracias a su existencia -y eso que el total de los 14 parques actuales ni siquiera llega al 0,7 por ciento de la superficie total española-, es posible organizar distintas estrategias «dirigidas a la recuperación de especies en peligro de extinción», entre las que destaca el oso pardo cantábrico, el águila imperial ibérica, el lince ibérico, el quebrantahueos o el urogallo cantábrico.
Canarias, en natura 2000
La publicación del informe del Ministerio de Medio Ambiente coincidió con la ampliación de la red europea de zonas protegidas Natura 2000, a la que pertenecen desde ayer tres zonas y especies naturales de las Islas Canarias: los Sebadales de Güigüí (Gran Canaria) y los Sebadales de Antequera y la piña de mar de Granadilla (Tenerife).
La inclusión de estas áreas en la red europea de zonas protegidas implica para el Gobierno la obligación de promover, durante un periodo de seis años, medidas que faciliten una gestión sostenible de estas zonas «de importancia comunitaria».
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