El "lado oscuro" de los biocombustibles
(Juan Sánchez Peñuela/PD).- La última publicación en levantar revuelo procede del GISP, una entidad científica poco conocida pero de cierta credibilidad. No obstante, resulta increíble lo poco que discrimina el periodismo sus fuentes de información científico-técnica, pues atienden por igual a las declaraciones de Zapatero o un concejal de Los Verdes que a la investigación de un Premio Nobel.
En las últimas fechas, se advierte un cambio de orientación de la prensa sobre su tratamiento del tema. Mientras hace algunos meses sólo se leían loas sobre los biocarburantes hay ahora cabida para ciertos estudios críticos con esta solución.
Esto no quiere decir que la comunidad científica no los publicase, sino que simplemente no interesaban para vender periódicos.
El Programa Mundial sobre Especies Invasoras (Global Invasive Species Programme, GISP) es una organización no gubernamental de carácter científico, constituida en 1997, financiada en primera instancia por el Banco Mundial y con sede en Ciudad del Cabo. El citado estudio se puede descargar en la web del GISP, bajo el título de "Biofuel Crops & the Use of Non-native Species".
En esta página hemos señalado repetidamente los inconvenientes de los biocombustibles, algunos de los cuales son:
- En muchos casos, el balance total de CO2 no es positivo, pues las emisiones ahorradas en su combustión en un motor las compensa con creces el CO2 utilizado en su producción.
- Provocan deforestación, pues en países como Brasil se arrasan grandes superficies de selva para plantar cultivos energéticos, como la caña de azúcar.
- Encarecen el precio de los productos básicos en muchos países subdesarrollados, alterando a grandes rasgos toda la economía mundial. La principal razón es que el maíz o el azúcar empleados en producir biocombustible ya no se destina al consumo humano.
- Sus precios, fuertemente subvencionados, distorsionan claramente el mercado.
Este informe señala un nuevo problema: alteran la flora y fauna de la zona y, además, algunas especies consideradas "cultivo energético", pueden ser invasivas. Éste último es el tema que más preocupa al GISP, que señala como ejemplos los casos de la caña gigante asiática o la palma de aceite africana.
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