El servicio contra incendios ha sofocado 35 conatos este año
Martín Macho
Santa Cruz de La Palma
Los incendios forestales este verano, en los montes de La Palma, hasta ahora, no han pasado de meros conatos. Las llamas, gracias a la rápida intervención del servicio de extinción del Cabildo, se han quedado en simples amagos. Entre enero y agosto se han registrado 35.
E l año, en cuanto a siniestros provocados por el fuego en los bosques de La Palma, está siendo tranquilo, pero el operativo contra incendios del Cabildo continúa en estado de máxima alerta dado que la fase de alto riesgo sigue en vigor, explicaron fuente de la Unidad Insular de Medio Ambiente. La guardia, recalcó, no ha bajado un ápice.
El jefe de Montes del citado departamento, Francisco Prieto, explicó que, en lo que se lleva de año, se ha contabilizado un total de 35 conatos. Detalló que 24 de estos intentos se han producido durante la campaña puesta en marcha con todos los efectivos el pasado 2 de junio.
Las cifras, añadió, arrojan de momento un balance altamente positivo y, subrayó, «dice mucho de la preparación, profesionalidad y eficacia de los equipos que componen todo el dispositivo».
Con respecto al ejercicio anterior, resaltó, la superficie quemada, en torno a dos hectáreas y media, es cuatro veces menor que las 10 devastadas en 2007, si bien los conatos fueron los mismos. «Se ha actuado con mayor contundencia y rapidez; cada vez estamos mejor preparados y con más medios para combatir las llamas», enfatizó.
El dispositivo está formado por 14 miembros del Centro de Coordinación Operativo Insular (Cecopin) y 170 personas de la Unidad de Medio Ambiente del Cabildo . A éstos se suman, en caso necesario, los 65 bomberos voluntarios, los 50 componentes de los retenes del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente más los 52 agentes de la Brigada Rápida de Intervención Forestal (BRIF) del Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España.
El percance más peligroso tuvo lugar el pasado mes en el municipio de Fuencaliente. El fuego se desató, por causas desconocidas, comentó Francisco Prieto, «en un lugar desde el que amenazaba con saltar a un monte de complicada orografía y, en consecuencia, hubiese sido difícil su extinción si no se llega a sofocar de forma inmediata en el punto de origen». El de mayor extensión se localizó en Tijarafe el 15 de julio. Consiguió arrasar una hectárea antes de ser controlado.
Colillas y rastrojos.
Las colillas arrojadas al suelo y la quema de rastrojos han sido las principales chispas que han provocado los descritos incidentes, sin graves consecuencias, en la masa boscosa de la Isla. Varios de ellos han sido supuestamente intencionados, según las averiguaciones realizadas, si bien no ha sido posible confirmar tal extremo en ninguno de los casos.
Medios materiales.
Entre los medios destacan tres helicópteros: uno del servicio de Emergencia 112 del Gobierno de Canarias y dos del Ejecutivo central, con base en el cuartel de la BRIF, con capacidad para 1.500 litros de agua cada uno, además de transportar a 16 personas. A todo ello se unen los voluntarios de Ayuda en Emergencia Anaga, Alfatango y Protección Civil.
En guardia hasta octubre.
La época de peligro alto de incendios forestales en La Palma abarca del 2 de junio al 19 de octubre. En el descrito periodo participan más de 400 personas en la campaña contra el fuego diseñada y coordinada por el Cabildo, explicó el consejero de Medio Ambiente de la primera Corporación, Julio Cabrera. Este dispositivo se encarga de prevenir, defender y extinguir las llamas en los montes. Los bosques de la Isla son «sin duda uno de los principales recursos económicos y atractivos turísticos de La Palma».
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