Fotografiado el parto de un delfín mular en Canarias
EFE
Las Palmas de Gran Canaria
La tripulación de una embarcación dedicada a la observación de cetáceos en aguas del sur de Tenerife ha fotografiado el momento en el que un delfín mular alumbra a su cría, lo que podría ser el primer testimonio gráfico obtenido en el mundo de un parto de estos cetáceos en libertad.
Las imágenes fueron captadas el 30 de agosto por Erik Bos, guía oficial de la embarcación 'Flipper', cuando surcaba las aguas de la isla canaria con unas 70 personas a bordo, en el tramo comprendido entre la bahía de Masca y Juan López, informa en una entrevista la armadora del barco, Jennifer Dubbelaar.
Erik Bos, que también es enfermero, se percató de cómo un delfín mular que navegaba frente a la proa del barco curvaba la espalda, por lo que pensó "aquí pasa algo", señala la propietaria del 'Flipper'.
Al darse cuenta de que el animal estaba alumbrando una cría sacó dos fotografías del momento y la tripulación alejó el barco para que el delfín tuviese tranquilidad.
"En mis 14 años de actividad nunca había visto esta situación", precisa Dubbelaar, quien comenta que tras el nacimiento del delfín lo han vuelto a ver nadando junto a su madre.
De hecho, hay otro par de delfines con bebé "y un montón" de crías de ballenas piloto que surcan las aguas donde habita la población de cetáceos del sur de Tenerife.
El "bebé-delfín", de apenas 70 centímetros de longitud, ha recibido el nombre de "Pollito" porque enfrente del lugar del parto hay una caleta conocida popularmente en la zona como "El pollo".
Vidal Martín, presidente de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), indicó a Efe que no tiene conocimiento de que haya imágenes similares publicadas, y explicó que el hecho de que el delfín haya dado a luz delante del barco es un indicador de que estos cetáceos están bastante habituados a la presencia de las embarcaciones.
La SECAC ha hecho desde 1999 un seguimiento continuo de la población de delfines mulares en Canarias que proporciona "mucha información", y tiene el objetivo de buscar recursos para financiar varios proyectos a largo plazo que planea desarrollar en este ámbito.
Como ejemplo, Vidal Martín, que también es coordinador general de la Sociedad Española de Cetáceos, precisa que la SECAC realiza un censo de la población de delfines mulares "y nos hemos llevado sorpresas muy interesantes".
Los biólogos han censado entre 600 y 700 ejemplares de esta especie en aguas canarias y entre las sorpresas figuran las de que los delfines mulares "tienen muy poco movimiento entre las islas".
De hecho, las poblaciones de delfines mulares de Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura o Lanzarote no se mezclan entre sí y, tras hacer, hace dos años, un estudio genético, patrocinado por la Unión Europea, sobre estos cetáceos en La Gomera, los biólogos constataron cómo los animales tienen un patrón genético "único".
Este resultado "es muy interesante desde el punto de vista de la conservación", ya que puede avalar la importancia de que haya Lugares de Interés Comunitario para preservar estas especies.
Vidal Martín, que también es director del Museo de Cetáceos de Canarias, detalla que se hacen muestreos en todas las islas, pues se elaboran censos para cada una de ellas, en los que también se incluye a los calderones tropicales.
Subraya que los delfines "se mueven poco" y de hecho en el sur de Tenerife hay un grupo de entre doce y quince animales "que no se mezclan" con los cetáceos procedentes de La Gomera cuando visitan estas aguas.
En su opinión, esta poca movilidad se debe a que el océano "es como un gran desierto" y las islas, debido a su relieve y a las corrientes, provocan "un aumento de la productividad", es decir, generan más recursos para que los cetáceos se beneficien de sus aguas.
Este "efecto de masa de isla" hace que los grupos de hembras con crías puedan satisfacer sus mayores demandas energéticas, explica Vidal Martín.
Además, Jennifer Dubbelaar precisa que el barco 'Flipper' parte desde el muelle de Los Gigantes dos veces al día, en un viaje de unas tres horas, y garantiza a sus visitantes "al cien por cien" que observarán delfines mulares y ballenas piloto, y muchas veces ambas especies a la vez.
En el momento de observar los cetáceos se paran los motores y no se habla por micrófono para no molestar a los animales, señala Dubbelaar, quien no obstante lamenta "cuántas redes" y basura se recoge del mar, muchas veces incluso enredadas en los animales.
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