Tenerife sufrió el 25% de los fuegos de Canarias desde 2000
Más de la mitad fueron intencionados frente a los 86 fruto de negligencias o accidentes
MELANIE REIRIZ (IDEAPRESS) | SANTA CRUZ DE TENERIFE
Desde el año 2000 hasta ahora se han producido más de 1.000 incendios forestales en el conjunto del Archipiélago y, de ellos, más de un 25 por ciento, 265 en total, han tenido como protagonista a la isla de Tenerife, según datos de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. De ellos, más de la mitad, exactamente 143, han sido probadamente intencionados, muy por encima de los 86 causados por posibles negligencias o accidentes, lo que convierte la intencionalidad en la causa más común de incendios forestales en la Isla. Con respecto a la media de las demás Islas, en conjunto, en Canarias se produce casi el mismo número de incendios forestales por accidente o negligencia que por fuegos intencionados, con 351 casos frente a 343.
Aunque Tenerife destaca negativamente en aspectos como la intencionalidad, no lidera la categoría de mayor número de incendios forestales. La Isla peor parada hasta el momento es Gran Canaria, con 448 casos en los últimos ocho años, casi el doble que en Tenerife. En esa Isla, al igual que en Tenerife, los fuegos intencionados son los más numerosos, en el caso de Gran Canaria con 152, seguido de los provocados por negligencias o accidentes, con 106. Sin embargo, allí son más los incendios sin causa conocida, 179, mientras que en Tenerife no se ha determinado el origen de 31 de los casos al no haberse encontrado signos fidedignos que confirmen el causante, ya que sólo se poseen causas supuestas. Lo que se descarta por el momento es que en alguno de los 265 incendios los rayos hayan sido los causantes.
El peor año para Tenerife en esta materia fue 2005 por su elevado número de incendios forestales, un total de 38, que es la cifra más alta de los últimos ocho años. Sin embargo, en daños se lleva la palma el incendio sufrido en verano de 2007, con más de 16.800 hectáreas quemadas pero con cinco incendios menos que en 2005, que arrasaron "sólo" 20 hectáreas. En 2007, en aproximadamente una semana, el fuego acabó con más del triple de las hectáreas quemadas en los últimos nueve años, lo que coloca a los siniestros de Los Realejos y Tejeda como los peores vividos en la historia reciente.
Un año menor en número de incendios, pero más dañino que otros en los que los incendios fueron más frecuentes, fue también el de 2001 que, con 26 casos, destruyó 164 hectáreas. El pasado año las cifras se mantuvieron en la media desde el 2004, con 36 incendios, pero el daño sigue siendo mucho menor, con 19 hectáreas de superficie forestal afectadas. De hecho, la mayoría de los conatos quemó superficies pequeñas puesto que suelen ser atajados a tiempo gracias a las labores de prevención y vigilancia contra incendios establecidos por el Cabildo de Tenerife.
Los años previos a 2004 muestran, sin embargo, un número notoriamente menor de incendios forestales que en los últimos años. De hecho, en 2002 hubo 17 fuegos, en el 2000 un total de 23, la misma cantidad que en 200. Pero la fecha de 2004 marca una subida a la treintena que no se ha bajado en ninguno de estos últimos años, rozando, incluso, los 40 incendios en 2005.
Si se tiene en cuenta otro tipo de circunstancias como la estación del año, el verano es, sin duda, la peor época en esta materia, pero no los meses de julio y agosto como cabría esperar. Septiembre es el mes más dañino con diferencia, y este parámetro se repite casi cada año, a excepción, precisamente, de los últimos 2007 y 2008. Desde 2000 hasta el 2006, 42 incendios se han iniciado durante este mes, frente a los 22 de agosto en los mismos años. Las primeras horas de la tarde son, también, las más proclives a que se inicie un incendio forestal.
Los causantes de los incendios
El análisis de los incendios forestales que se han producido en Tenerife en los últimos ocho años ofrece características comunes que aportan una información valiosísima sobre su tipología, causas y consecuencias, así como lo que se debe prevenir para que esas circunstancias no se produzcan más o se reduzcan en la medida de lo posible. Aunque normalmente Canarias es una de las comunidades autónomas con menor número de incendios, estos sí suelen tener, como consecuencia, un gran daño en el valor ambiental y la reducida extensión de sus ecosistemas, en comparación con algunos ecosistemas peninsulares, por lo que la prevención debe ser constante. Muchos incendios se originan cerca de caminos de acceso a los montes, carreteras, pistas forestales y sendas, es decir, en lugares que facilitan la penetración en las zonas forestales, a pesar de que gran parte de las actuaciones de prevención se centra en la apertura de nuevas vías de entrada a los montes en forma de pistas forestales y cortafuegos. Pero uno de los mayores peligros está en el mismo ser humano que, con toda premeditación, inicia un incendio forestal. Varias son las causas que motivan a los pirómanos. Una de ellas, según expertos en reforestación, está en la legislación vigente que protege zonas de valor medioambiental y que, en su opinión, causa que la gente que vive en el campo recurra a los incendios como forma de manifestarse. Otra de las causas señala a los problemas psicológicos como principales detonantes. Sin embargo, es necesario recordar que, en realidad, son las negligencias las causantes de gran parte de los incendios forestales. En concreto, la quema de rastrojos o el uso de maquinarias de limpieza rural pueden provocar, con una chispa, las altas temperaturas y el viento, desastres tan graves como el sufrido en Tenerife en el verano de 2007.
0 comentarios