Fundación Foresta cree que tras dos años del gran incendio en Gran Canaria comienza la recuperación de montes
Admite que "se tardarán al menos 8 años más en alcanzar un estado parecido al que tenían los bosques antes del incendio de 2007"
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Foresta destacó hoy que dos años después del gran incendio que asoló durante 100 horas y arrasó 8.000 hectáreas de superficie en Gran Canaria "los canarios despertaron su conciencia medioambiental" y actualmente "continúan los trabajos y se comienza a observar la recuperación de los montes" de la isla.
La organización señala en un comunicado "tras un invierno que se ha alargado más de lo normal", comienzan a crecer los árboles que se plantaron para recuperar la masa forestal en las zonas arrasadas por el incendio del verano de 2007.
"La gran conmoción social que produjo este incendio no sólo hizo despertar la conciencia de la población, sino que además cambió las políticas forestales de las administraciones públicas", sostiene Foresta, que subraya que "en estos dos años se han hecho muchos trabajos en los montes de Gran Canaria, como campañas de limpiezas de barrancos, repoblación y riego, labores que han exigido un aumento de los presupuestos gubernamentales". "Aún así queda mucho trabajo por realizar y muchos fondos que invertir", admite.
"ESCASOS PRESUPUESTOS"
En esa recuperación, la Fundación Foresta ha trabajado por recuperar varias de las zonas afectadas por el incendio y tiene más de 40 hectáreas de terrenos para reforestar, pero está a expensas de conseguir fondos para su ejecución.
"Los escasos presupuestos que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación Territorial destinan a la gestión sostenible de montes están mermando la capacidad de recuperación de los montes privados de las islas. No se debe olvidar que los terrenos privados representan casi el 90 por ciento de la superficie de Gran Canaria", añade.
Agrega que "la difícil situación de recesión económica actual, las engorrosas gestiones de una Administración lenta y espesa y la falta de entendimiento entre consejerías, ha provocado aún mayores recortes en los presupuestos del Ejecutivo canario hacia los montes privados, reduciendo el presupuesto en cinco veces en los últimos 5 años".
Además, admite que "se tardarán al menos 8 años más en alcanzar un estado parecido al que tenían los bosques antes del incendio de 2007". No obstante, estima que se puede ayudar a la naturaleza a agilizar esta recuperación mediante el compromiso de las Administraciones Públicas de seguir trabajando e invirtiendo en los montes de Gran Canaria.
Actualmente los trabajos en el monte, desarrollados principalmente por el Cabildo de Gran Canaria se dividen en dos periodos claramente diferenciados. Por un lado, durante los meses de otoño, invierno y comienzo de la primavera, el Cabildo realiza trabajos de limpieza y repoblación de los montes públicos. Durante el verano, o segunda fase, los trabajos se centran en la vigilancia y respuesta ante incendios forestales.
"UN DÍA PARA OLVIDAR"
La Fundación recuerda que el incendio se declaró el viernes 27 de julio de 2007. La primera alerta se refería a Pajonales, en el municipio de Tejeda. Fuentes oficiales situaron el inicio del incendio en torno a las dos de la tarde y unas horas después ya había pasado a nivel 1 de dificultad en cuanto a su extinción. El incendio fue presuntamente provocado por un guarda forestal en represalia por la finalización de su contrato laboral en el Cabildo de Gran Canaria.
La isla estaba viviendo una ola de calor, la temperatura era de 40 grados. Durante 100 horas ardieron 20.000 hectáreas de pinar y monte, en el incendio "más violento" que se recuerda en la isla. FORESTA estimó que se había perdido un tercio de la masa forestal de Gran Canaria.
Tres días más tarde, el fuego se agravó y pasó a nivel 2. La entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, visitó Gran Canaria para evaluar la situación y valorar la concesión de ayudas económicas.
Cerca de 600 personas trabajaron en la extinción del fuego y se utilizaron 10 helicópteros y un hidroavión. Aproximadamente, se evacuó a 5.000 personas de sus casas, que se vieron afectadas por las llamas. Las municipios más afectados por el fuego fueron Mogán, Tejeda, La Aldea de San Nicolás y San Bartolomé de Tirajana.
Las dimensiones del fuego despertaron conciencias y recordaron a la sociedad canaria la vital función que en las Islas desempeña el medioambiente. Más de 200 voluntarios, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y el Cabildo de Gran Canaria colaboraron con Foresta en los días de incendio que marcaron el comienzo de una estrategia creada especialmente como medida paliativa a las consecuencias del fuego, el Plan de Voluntariado Ambiental, que en la actualidad cuenta con más de 1.390 voluntarios que participan de forma activa en las actividades de restauración forestal de la fundación.
"PREVENIR PARA NO REPETIR"
La Fundación Foresta reitera que el verano es la época de mayor riesgo para los incendios forestales. Los meses estivales son los meses más secos del año y las temperaturas son más altas.
"Si unimos esto a que la vegetación existente está más seca y es propicia a arder con mayor facilidad existe un alto riesgo de incendio. Otro factor a tener en cuenta es mayor presencia humana en el campo, por todo esto, es importante disfrutar del campo de forma responsable", agrega.
Algunos consejos que de la Fundación Foresta para que la población participe en la prevención de incendios son intentar comer cosas que no requieran preparación en el campo; hacer fuego sólo si es necesario y siempre en los lugares habilitados; no arrojar nada por la ventanilla del coche y no circular fuera de las pistas habilitadas para los vehículos.
A ello se suma mantener el entorno de las casas de campo limpios de matorrales, restos vegetales secos y otras basuras, y tener los tejados libres de vegetación; solicitar los permisos necesario para los sitios de acampada y cumplir los requisitos; no hacer quemas de rastrojos sin los permisos del Cabildo, fuera de la época permitida ni con condiciones climáticas adversas.
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