Investigan la reintroducción de la almeja canaria en aguas del archipiélago
Por Tatiana Moreno, Madrid, EFE El Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) estudia diversas técnicas para reintroducir en aguas del archipiélago el "Haliotis tuberculata coccinea", incluida en el Catálogo de Especies Amenazadas de esta comunidad autónoma y prácticamente desaparecida en el medio natural.
Hasta el momento se han liberado 2.000 ejemplares de almeja en cuatro áreas diferentes de Gran Canaria, de los que han conseguido sobrevivir el 1 por ciento. Es una "cifra positiva" asegura la investigadora Beatriz Sosa-Domínguez, quien explica que estudios de otras especies de Haliotis en varios países han obtenido resultados similares.
El proyecto, que comenzó en 2009, tiene como objetivo final repoblar de almeja canaria las costas del archipiélago, especie gravemente amenazada en las últimas décadas. El ICCM tiene en marcha un plan de reintroducción, financiado por la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias, para determinar si en un futuro, dicha repoblación será posible.
Sosa-Domínguez, autora de la tesis "Recuperación en las costas de Gran Canaria de las poblaciones naturales de la almeja canaria mediante la repoblación con ejemplares de acuicultura", explica que para obtener resultados en estudios de reintroducción hay que esperar varios años. Señala que se deben hacer seguimientos exhaustivos de los ejemplares liberados a lo largo del tiempo,además de conocer y estudiar todos los factores que afectan a dicho proceso.
"Es difícil establecer una estimación de la supervivencia ya que desconocemos si las almejas que no encontramos en los muestreos han muerto o han cambiado de hábitat o si las conchas vacías encontradas derivan de una muerte natural o, por el contrario, han sido predadas", sostiene Sosa-Domínguez, "de ahí la necesidad de estudiar todas las posibles causas de mortalidad".
Muchos de los individuos mueren en los días posteriores a la liberación por el estrés provocado durante su manipulación o por no adaptarse al medio. No obstante, "uno de los motivos principales es la mortalidad por predación", afirma Sosa.
Para corregir esta situación, el centro realiza actualmente varias experiencias en laboratorio con la finalidad de conocer las razones exactas que desembocan en la muerte de las almejas. Entre dichos estudios se encuentra la introducción de cangrejos y pulpos (principales predadores de la almeja) en el mismo tanque que el marisco.
De los 2000 ejemplares liberados, la mitad se ha soltado en áreas submareales (zonas que no quedan al descubierto en marea baja) y la otra parte en intermareales (franja costera que deja charcos en momentos de bajamar) de forma que se puedan estudiar los niveles de supervivencia en los distintos tipos de hábitats.
Además de las experiencias llevadas a cabo en laboratorio, se introducirán más individuos en el medio natural, en cuanto las condiciones marítimas sean favorables, para comenzar un análisis que estudiará la dispersión de las almejas: "Es fundamental observar su comportamiento ya que estos animales pueden llegar a trasladarse varios metros diarios en busca de alimento o refugio", aclara Sosa-Domínguez.
La tesis y el proyecto de reintroducción surgen como una línea de investigación anexa a la producción y el cultivo de almeja canaria para su explotación comercial, que han desarrollado de forma conjunta el Grupo de Investigación de Agricultura (GIA) del ICCM y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
En el último estudio realizado sobre el seguimiento de las poblaciones de almeja canaria se contabilizan, aproximadamente, unos 1.944 ejemplares en las aguas de Canarias, según el documento "Evaluación de especies catalogadas de Canarias" publicado en 2009 por la Consejería de Medio Ambiente de esta comunidad.
Cuestiones como la sobrepesca y el marisqueo, su uso en la gastronomía y la degradación de las costas han esquilmado en las últimas décadas esta especie.
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