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400 organizaciones contra la megapresa de Etiopía

400 organizaciones contra la megapresa de Etiopía

SURVIVAL INTERNACIONAL RECUERDA LA CAMPAÑA CONTRA LA QUE PRESENTE SER LA MAYOR PRESA HIDROELÉCTRICA DEL PAÍS EN EL DÍA MUNDIAL DEL AGUA

Unas 400 organizaciones han firmado una petición en contra de la presa más alta de África, que será entregada en las embajadas etíopes de Europa y Estados Unidos con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo. La presa, según denuncia Survival Internacional, pone en peligro la forma de vida de al menos ocho pueblos indígenas, unas 300.000 personas, mientras supone un goloso negocio para China, Europa y Estados Unidos, involucrados en su contrucción.

 

La presa Gibe III, que según el Gobierno etíope está ya completada al 40%, destruirá los patrones de inundación naturales que son vitales para los métodos de cultivo de los pueblos indígenas del Omo. Aunque el Gobierno asegura que una “inundación artificial” solucionará el problema, los constructores de la presa revelaron el año pasado sus planes para que las tribus “cambien de la agricultura basada en la retirada de la inundación a formas de agricultura más modernas” tras un periodo de transición.

Un “cambio” impuesto de este tipo será, según la ONG Survival "casi con toda seguridad, desastroso, y supondrá el fin de la ya inadecuada inundación artificial” sin ninguna garantía de que haya otros medios de supervivencia.

El Gobierno etíope también ha destinado 180.000 hectáreas de tierra en el valle del Omo para inversión agrícola, parte de las cuales están en los territorios de los pueblos indígenas nyangatom, karo y mursi, los cuales, no han sido consultados sobre el arrendamiento de sus tierras a inversores extranjeros; como no lo han sido sobre la presa o el cambio en su modo de vida, algo que, insiste la ONG "viola la propia Constitución de Etiopía". Las tierras se dedicarían a la producción a gran escala de cultivos para la exportación, especialmente biocombustibles, que se regarán con el agua de la presa

El Banco Europeo de Inversiones y el Banco Africano de Desarrollo tenían acuerdos para financiar la obra y hace unos meses anunciaron que no pensaban hacerlo debido a la controversia que ha generado. El Industrial and Commercial Bank of China y el Exim Bank of China están financiando partes del proyecto pero el Gobierno necesita encontrar más fondos, e Italia aún está considerando si sumarse o no, mientras que Etiopía se acaba de convertir en el principal receptor de la ayuda británica al desarrollo. Se espera que reciba dos mil millones de dólares en los próximos cuatro años.

Survival International, International Rivers, la Campaña para la Reforma del Banco Mundial, la Counterbalance Coalition y Amigos del Lago Turkana han unido sus fuerzas para lanzar la recogida de firmas. La petición pide al Gobierno de Etiopía que “suspenda el proyecto de la presa Gibe III en el río Omo hasta que -y sólo en ese caso- consiga el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas afectados por el proyecto”. Se entregarán copias de la petición en Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Reino Unido y Estados Unidos.

El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado que "si el Gobierno construye la presa sobre el agua de los pueblos indígenas del Valle del Omo y alquila sus tierras a extranjeros, puede que estos pueblos no sobrevivan. El Gobierno está fomentando la industrialización a costa de las personas más vulnerables del país”.

CONTRA LA LEGALIDAD DEL PAÍS Y LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL

En julio de 2006 el Gobierno de Etiopía firmó un contrato con la compañía italiana Salini Costruttori para construir Gibe III,la mayor presa hidroeléctrica del país. En lo que supone una violación de la legislación etíope, no hubo una licitación pública para adjudicar el contrato. Las obras comenzaron en 2006 con un presupuesto de 1,4 billones de euros. Ya se ha construido un tercio de la presa y los costes siguen subiendo. Recientemente el gobierno italiano concedió a Etiopía un nuevo préstamo de 250 millones de euros para continuar; este dinero, además de acabar en las arcas de las empresas italianas, pasará a engordar la enorme deuda que el país africano tiene con el europeo.

El gigante norteamericano, que no podía faltar, está presente a través de la empresa Harsco Corporation, aporta equipamiento de última tecnología.

La presa bloqueará la parte suroeste del río Omo, que discurre a lo largo de 760 kilómetros desde las tierras altas de Etiopía hasta el lago Turkana en Kenia. El valle bajo del río Omo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en reconocimiento a su valor arqueológico y geológico. En esta zona el río Omo atraviesa los Parques Nacionales del Mago y del Omo, hogar de numerosos pueblos indígenas.

La ley medioambiental etíope estipula que debe efectuarse un estudio del impacto medioambiental y social (ESIA, por sus siglas inglesas) antes de aprobar cualquier proyecto. Pese a ello, la Agencia para la Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas inglesas) etíope aprobó el ESIA de forma retroactiva, en julio de 2008, dos años después de que se iniciaran las obras.

El ESIA fue realizado por parte de una compañía italiana, CESI, y financiado por la EEPCo (Corporación Etíope para la Energía Eléctrica) y la misma Salini, lo cual plantea dudas acerca de su independencia y credibilidad. El correspondiente informe, publicado en enero de 2009, se pronunciaba a favor del proyecto, afirmando que el impacto sobre el medio ambiente y los pueblos indígenas será “insignificante” e incluso “positivo”.

Según expertos independientes, la presa tendrá un impacto enorme sobre el delicado ecosistema de la región, al alterar la crecida estacional del río Omo y reducir drásticamente su caudal. Esto traerá consigo la desertización de gran parte de la zona ribereña y eliminará el bosque ripícola. Si la crecida natural, con sus ricos depósitos de cieno, desaparece, las economías de subsistencia se derrumbarán y al menos 100.000 indígenas tendrán que hacer frente a la escasez de alimentos.

  

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