Rebelión contra las antenas
J.Darriba
Las Palmas de Gran Canaria http://www.canarias7.es/impresa/articulo.cfm?Id=1420905
Los dos últimos ejemplos del hartazgo de la ciudadanía se han producido en menos de un mes: el primero fue el plante de los vecinos de Los Tarahales, que se han negado en varias ocasiones a dejar pasar la grúa para instalar una nueva antena en el barrio; el segundo ha sido el de los vecinos de distintos barrios e incluso municipios que, siguiendo el llamamiento de la federación Movimiento Vecinal Canario, han decidido manifestarse cada viernes ante las puertas del Ayuntamiento capitalino para manifestar su indignación.
La mecha prendió en La Isleta hace varios años. Y se ha ido extendiendo luego a otros barrios (Los Giles, Lomo Blanco, El Fondillo, El Piquillo, El Secadero, Zárate, El Zardo, Schamann, Don Zoilo, Jinámar, Los Tarahales, Tafira...) siempre con el mismo componente de miedo a los supuestos efectos nocivos.
El presidente de Movecan, Andrés Santana, explica las razones de la movilización: «Hay 36 fallecimientos por cáncer en personas jóvenes y otros 24 enfermos con cáncer terminal en tres años en sólo 300 metros», explica en relación a la calle Osorio de La Isleta.
En la asociación de afectados por las antenas de telefonía móvil, el miedo es igual de patente. «El principal problema es la salud», afirma el vicepresidente, Francisco Navarro.
La respuesta de las instituciones a esta creciente preocupación ciudadana es claramente insuficiente a ojos de los vecinos. «El Ayuntamiento no regula y el Gobierno de Canarias y el Cabildo grancanario no dicen nada», lamenta Andrés Santana. «Tenemos que pasar a la acción», abunda Navarro.
Aunque los colectivos no están unidos ya se está preparando una gran manifestación en la capital grancanaria para este verano en señal de protesta.
Rondas de vigilancia en Los Tarahales
Preocupación. Los vecinos de Los Tarahales han mostrado su preocupación tras descubrir en el entorno del barrio más antenas de las que tenían controladas. «Es algo asombroso», explican, «teniendo en cuenta que nadie nos ha confirmado aún que no son nocivas para la salud».
Camuflaje. El doctor de la Bárcena alerta de las picoantenas, las torres camufladas en bidones, árboles... En su opinión deben estar a más de 600 metros de la primera casa habitada.
«Están matando a las personas»
El otorrinolaringólogo Juan de la Bárcena se muestra contundente: «Las antenas están enfermando y matando a la gente, la demostración la tienes cuando visitas los distintos barrios». Este médico se ha convertido en la balsa científica a la que se aferran los afectados por la telefonía móvil en el mar de dudas que existe sobre los efectos de las torretas. Hace casi un año, el Cicca acogió unas jornadas sobre la repercusión de la telefonía móvil y los doctores que allí asistieron señalaron que las antenas no afectaban a la salud de las personas. Sin embargo, el doctor Juan de la Bárcena discrepa abiertamente de estas opiniones. Para eso, recurre a múltiples estudios que «demuestran» que se pueden producir afecciones del sistema vascular, alteraciones de la piel, daños al sistema nervioso, cambios en el sistema inmunitario, en el ADN...
«Es incomprensible que muchas autoridades hagan oídos sordos a las innumerables peticiones de cada día más asociaciones de vecinos», explica. En su opinión, «se parte de un error cuando se habla de los límites de seguridad porque la absorción de las ondas electromagnéticas se mide con una esfera llena de suero fisiológico».
Respecto a los móviles de tercera generación, cuyo rango de frecuencia puede llegar a ser tres veces más potente que el actual, De la Bárcena advirtió de que todavía no se ha manifestado al respecto la Organización Mundial de la Salud.
De la Bárcena recomienda usar siempre el manos libres y no llevar el móvil pegado al cuerpo. El jefe de Otorrinolaringología del Insular, el doctor Ángel Ramos, señaló por su parte que el uso del móvil no repercute en el oído pero advirtió de que todavía no hay datos suficientes para evaluar su impacto cuando se activa, al recibir la llamada.
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