INCENDIO DE EL HIERRO, LA CRÓNICA
DIARIOELHIERRO.COM recorre junto al presidente del Cabildo y el director de Medio Ambiente la zona afectada por las llamas
SERGIO GUTIÉRREZ, El Pinar (14/9/2006. 06:45 horas)Quiso el destino que el día acaso más crudo del incendio de El Hierro coincidiera con la fatídica fecha del atentado contra las torres gemelas de Nueva York.
El particular 11-S de los herreños, obviamente, no tiene comparación con la tragedia sufrida por los neoyorquinos hace cuatro años, pero las casualidades de la vida han hecho que, precisamente, el 11 de septiembre se convierta en un día que ya no se olvidará jamás de la memoria de los herreños. El 11S, fue, seguramente, el día más crítico del incendio, donde se llegó a evacuar a varias personas a La Restinga y donde se vivieron los momentos más angustiosos y temibles del fatídico incendio.
Ese día, aquí también se debieron utilizar mascarillas y ese día, el sonido de las sirenas de los coches de la policía, guardia civil, bomberos y ambulancia, resonaron con fuerza en las entrañas del pueblo.
Han sido momentos de miedo e incertidumbre que hoy queremos recordar cuando el fuego ya está controlado, aunque se trabaja aún refrescando la zonas afectadas.
DIARIOELHIERRO.COM ha recorrido, junto al presidente del Cabildo, Tomás Padrón, y el director del Área de Medio Ambiente, Javier Armas; la zona que han devorado las llamas, la particular “zona cero” de los herreños.
Desde el límite Norte en La Mareta, pasando por el Oeste en mitad de Los Jables en las laderas de El Julan, hasta la zona Sur en la Montaña Tembárgena, pasado por El Mercader y terminando en lo más hondo de El Morcillo; hemos recorrido el avance de las llamas, observando cómo arrasaba todo lo que tocaba y asombrándonos de los caprichos que la terrible combinación viento-fuego ha hecho con esta hermosa zona de monte de las entrañas de El Hierro. Hay pinos que se han quemado la mitad de ellos mientras la otra mitad resultaba ilesa.
También, nos topamos con pajeros indemnes a las llamas mientras sus alrededores aparecían calcinados. Higueras quemadas por un lado, verdor intenso por el otro. Los caprichos de la meteorología.
Un inquieto Tomás Padrón supervisaba personalmente la zona e intentaba hacer, sobre el terreno, una primera valoración de daños. “El fuego nos ha quemado unas 1.400 hectáreas”, confirmaba el presidente. “Hay que mandar cuadrillas a este lugar para refrescar la zona”, agregaba, mientras un atento Javier Armas tomaba nota de las sugerencias de Padrón.
En más de una ocasión, el propio Tomás Padrón se bajaba del todo terreno para sofocar unos pequeños restos aislados del incendio. “Si no lo apagamos del todo corremos el riesgo de que se reavive con el viento”, explicaba Padrón.
“No obstante, a partir de ahora tendremos que estar refrescando estas zonas constantemente hasta la total extinción”, apuntaba.
HELICÓPTERO CALCINADO
Dentro del extenso recorrido, realizado en la mañana de ayer, miércoles (tal vez el día más “tranquilo” del incendio desde el domingo), nos topamos de cara con un paisaje dantesco: Una extensa loma de fayal-brezal quemadas y en medio de todo, uno de los helicópteros que estuvo en las labores de extinción totalmente calcinado
Un accidente mientras dejaba a algunos bomberos en esta zona conocida como Teloje, obligó a la nave a permanecer en tierra en este lugar, precisamente cuando más peligroso estaba el incendio. La terrible lengua de fuego montaña abajo acabó calcinando el helicóptero, mientras su tripulación lograba ponerse a salvo. Ahora un amasijo de hierro quemado rodeado por una paraje negro de hayas es lo que queda en esta zona.
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