La invasión del picudo rojo está controlada
El Gobierno cifra en 424 las palmeras taladas en Fuerteventura y Gran Canaria en tres años
J.Q.
Las Palmas de Gran Canaria
Desde que hace tres años un vecino de Ciudad Jardín de la capital grancanaria halló un ejemplar y lo llevó a la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias por su singularidad, el picudo rojo ha provocado la tala de 424 palmeras en la sislas de Fuerteventura y Gran Canaria, las más afectadas por este escarabajo taladrador contra el que no hay cura.
El dato lo aportó ayer el consejero regional, Pedro Rodríguez Zaragoza, en la inauguración de unas jornadas sobre plagas y enfermedades en las palmeras que analizan la lucha abierta en las Islas y otras regiones españolas como Valencia y Murcia contra este bicho mortal, originario del sudeste asiático y con cierta predilección por la especie phoenix canariensis.
Rodríguez Zaragoza destacó que el Gobierno canario ha destinado hasta ahora seis millones de euros para luchar contra esta plaga y resaltó que las trampas instaladas para controlar la expansión del picudo rojo hacen pensar que la plaga está siendo controlada.
Según adelantó el consejero de Agricultura en funciones, el nuevo plan de desarrollo rural de Canarias prevé invertir 14 millones de euros en los próximos siete años para luchar contra las plagas que afectan a las palmeras. La del picudo rojo «está bastante controlada», aunque habrá que «convivir con este huésped toda la vida», ya que la erradicación de este escarabajo, que llegó a las Islas en palmeras importadas, no es sencilla.
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