El emblemático pino de Pilancones cae al suelo 6 meses después del gran incendio
LA GACETA
http://www.lagacetadecanarias.net/lector.php?articulo=20090201115344
El Cabildo de Gran Canaria aseguró que su “ciclo vital” no acabó ayer sino el 23 de agosto. Reconoce ahora que el grave incendio del 26 de julio fue una de las principales causas
L. MARTIN / L. MONTANOSAN BARTOLOMÉ– El 23 de agosto murió el Pino de Pilancones. Es al menos la explicación que dio el Cabildo de Gran Canaria tras conocer ayer la caída del emblemático árbol de más de 500 años de antigüedad. Según la institución insular, “el ciclo vital” concluyó por efecto de la acción devastadora del hombre junto con los tres incendios sufridos y su longevidad. Una explicación que en algunos ámbitos ha sido cuestionada debido a que el consejero de Medio Ambiente, Juan Salvador León, dijo a finales de julio, tras el “grave incendio” ocurrido en Gran Canaria, que “ni siquiera lo había ni rozado”.
Además, la Corporación grancanaria aportó como otras causas que “si bien la herida abierta en el pino con motivo de los antiguos aprovechamientos dejaba ver el fondo del tronco hueco carbonizado, también una gran cantidad de resina que salía de los canales resiníferos, muy inflamable, acumulada en el tronco hueco, pudo contribuir a que ardiera el pino varios días”.
Hacer un monumento
El Consistorio de San Bartolomé de Tirajana, tras lamentar la caída del histórico árbol, expresó su deseo de que los restos del pino puedan conservarse en su entorno original como un monumento.
El concejal de Medio Ambiente, David Delgado, explicó que ha mantenido contactos con los responsables de Cabildo de Gran Canaria y que, aunque el pino está biológicamente muerto, se está estudiando la posibilidad de apuntalarlo y conservarlo en su entorno natural a modo de monumento que permita mantener en Pilancones este emblema natural de la isla.
Por otro lado, Los Verdes lamentaron “profundamente” la pérdida del Pino de Pilancones, al que calificaron de “símbolo vegetal insular” y demandaron mayor rapidez en la puesta en ejecución de muchas de las determinaciones contenidas en los Planes Rectores de Uso y Gestión. El portavoz de la formación ecologista, Domingo Afonso, explicó que hace años “denunciábamos que no estaban redactados los planes rectores de los espacios naturales. Diez años más tarde, con la mayoría de los planes aprobados y publicados en el Boletín Oficial de Canarias tenemos que lamentar la lentitud de la administración en ponerlos en ejecución”, recordó.
Para Antonio Hernández, de Ben Magec–Ecologistas en Acción, el árbol quedó dañado por la hoguera que realizaron en su base unos jóvenes, a lo que se unieron el incendio registrado el pasado verano y el proceso de erosión del lugar, con las numerosas visitas que se realizan a diario. Aprovechó para recodar a las instituciones que los dos parques rurales de Gran Canaria –Roque Nublo y Doramas– no cuentan con oficinas de gestión, algo que para casos como el ocurrido se hace necesario y prioritario.
Además, la Corporación grancanaria aportó como otras causas que “si bien la herida abierta en el pino con motivo de los antiguos aprovechamientos dejaba ver el fondo del tronco hueco carbonizado, también una gran cantidad de resina que salía de los canales resiníferos, muy inflamable, acumulada en el tronco hueco, pudo contribuir a que ardiera el pino varios días”.
Hacer un monumento
El Consistorio de San Bartolomé de Tirajana, tras lamentar la caída del histórico árbol, expresó su deseo de que los restos del pino puedan conservarse en su entorno original como un monumento.
El concejal de Medio Ambiente, David Delgado, explicó que ha mantenido contactos con los responsables de Cabildo de Gran Canaria y que, aunque el pino está biológicamente muerto, se está estudiando la posibilidad de apuntalarlo y conservarlo en su entorno natural a modo de monumento que permita mantener en Pilancones este emblema natural de la isla.
Por otro lado, Los Verdes lamentaron “profundamente” la pérdida del Pino de Pilancones, al que calificaron de “símbolo vegetal insular” y demandaron mayor rapidez en la puesta en ejecución de muchas de las determinaciones contenidas en los Planes Rectores de Uso y Gestión. El portavoz de la formación ecologista, Domingo Afonso, explicó que hace años “denunciábamos que no estaban redactados los planes rectores de los espacios naturales. Diez años más tarde, con la mayoría de los planes aprobados y publicados en el Boletín Oficial de Canarias tenemos que lamentar la lentitud de la administración en ponerlos en ejecución”, recordó.
Para Antonio Hernández, de Ben Magec–Ecologistas en Acción, el árbol quedó dañado por la hoguera que realizaron en su base unos jóvenes, a lo que se unieron el incendio registrado el pasado verano y el proceso de erosión del lugar, con las numerosas visitas que se realizan a diario. Aprovechó para recodar a las instituciones que los dos parques rurales de Gran Canaria –Roque Nublo y Doramas– no cuentan con oficinas de gestión, algo que para casos como el ocurrido se hace necesario y prioritario.
500 años de antigüedad tirados al suelo
El pinar de Pilancones se ubica al sur de la isla de Gran Canaria. Está formado por una sucesión de barrancos de gran belleza paisajística e interés geológico. En las proximidades se encuentra la población de San Bartolomé de Tirajana, pero lo más importante desde el punto de vista del entorno cultural es la existencia de numerosos vestigios prehispánicos, entre los que hay que señalar la Necrópolis de Arteara, Los Caserones, Gitagana, Los Canalizos de Chira, Lomo de la Palma o el Lomo de Pedro Afonso.
Además, este lugar de la isla es el escogido por diversas aves migradoras como hábitat de invernada, por lo que ha sido catalogado como Zona de Especial Proteccion para las Aves (ZEPA ).
Concretamente, en esta formación vegetal existía un ejemplar de pino canario que tenía entre 400 y 600 años de antigüedad y 50 metros de altura. Éste quedó muy debilitado tras verse afectado por el incendio del pasado mes de julio, sufriendo daños que se añadieron a los ya ocasionados durante otros incendios en 1994 y 1997. Los Servicios de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias y del Cabildo han llevado a cabo gestiones para proteger el árbol, sin tener éxito, debido a que ya habían advertido en sus informes de que su delicada situación hacía más difícil su recuperación.
El árbol era muy “querido” en la zona por su “peculiar” forma. Pertenecía a una especie de pino que tenía más parecido con un árbol frutal. En el barrio de Ayagaures, donde vivía esta especie, miles de personas han sido testigos de su fortaleza a pesar de su vejez, así se constata en el libro de recogida de firmas y dedicatorias que rellenaban quienes iban a visitarlo, y que ahora quedará en papel impreso.
A partir de ahora, nos quedarán otros ejemplares, como el Drago de Tamaranae, con muchos años a sus espaldas y, sin embargo, descubierto hace tan sólo una década por algunos biólogos del Jardín Botánico. También se podrá disfrutar del Drago de Pino Santo, o el Árbol del Responso en Vegueta.
Si la tormenta tropical Delta se llevó uno de los símbolos naturales de Gran Canaria, el Dedo de Dios en Agaete, de nuevo otra “catástrofe” nos deja sin otro gran icono de la naturaleza.
Además, este lugar de la isla es el escogido por diversas aves migradoras como hábitat de invernada, por lo que ha sido catalogado como Zona de Especial Proteccion para las Aves (ZEPA ).
Concretamente, en esta formación vegetal existía un ejemplar de pino canario que tenía entre 400 y 600 años de antigüedad y 50 metros de altura. Éste quedó muy debilitado tras verse afectado por el incendio del pasado mes de julio, sufriendo daños que se añadieron a los ya ocasionados durante otros incendios en 1994 y 1997. Los Servicios de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias y del Cabildo han llevado a cabo gestiones para proteger el árbol, sin tener éxito, debido a que ya habían advertido en sus informes de que su delicada situación hacía más difícil su recuperación.
El árbol era muy “querido” en la zona por su “peculiar” forma. Pertenecía a una especie de pino que tenía más parecido con un árbol frutal. En el barrio de Ayagaures, donde vivía esta especie, miles de personas han sido testigos de su fortaleza a pesar de su vejez, así se constata en el libro de recogida de firmas y dedicatorias que rellenaban quienes iban a visitarlo, y que ahora quedará en papel impreso.
A partir de ahora, nos quedarán otros ejemplares, como el Drago de Tamaranae, con muchos años a sus espaldas y, sin embargo, descubierto hace tan sólo una década por algunos biólogos del Jardín Botánico. También se podrá disfrutar del Drago de Pino Santo, o el Árbol del Responso en Vegueta.
Si la tormenta tropical Delta se llevó uno de los símbolos naturales de Gran Canaria, el Dedo de Dios en Agaete, de nuevo otra “catástrofe” nos deja sin otro gran icono de la naturaleza.
http://www.lagacetadecanarias.net/lector.php?articulo=20090201115344
0 comentarios