El Cabildo de Gran Canaria asfalta hasta el tronco a los árboles de nuestras carreteras
JUAN JOSÉ JIMÉNEZ / ACN PRESS - AGAETE
El paso de la maquinaria del Cabildo de Gran Canaria por el Valle de Agaete en zonas de especial protección paisajística no ha dejado indiferente a nadie tras hacer desaparecer muros de piedra, los llamados malecones, y estrujar con el asfalto hasta el tronco a decenas de pinos que ahora parecen brotar, en una imagen insólita, desde la mismísima carretera.
Asfaltados hasta el tronco y asfixiados por el piche se han quedado varias decenas de pinos canarios en el pago de Los Berrazales, justo en el centro del paisaje protegido de la parte alta del Valle de Agaete.
Los ejemplares que ahora asoman desde el mismo firme de la carretera, con la única separación de la raya blanca que separa la calzada de los antiguos arcenes de tierra, no sólo representan un peligro evidente para el tráfico, sino que también han quedado sin los alcorques de respiración y riego, ya que la nueva superficie lisa también les roba un agua que resbala antes de calar a las raíces.
Además, a este insólito bosque tragado por el alquitrán hay que añadir la eliminación en varios tramos de la ruta que conduce hasta el antiguo hotel de Los Berrazales, hoy cerrado, de una serie de muros que han sido sustituidos por vallas metálicas, lo que ha provocado, según denuncian Los Verdes, la indignación de unos vecinos que suelen transitar esos malecones precisamente por su alto valor natural y que "han servido hasta ahora de asiento para el descanso de los caminantes del lugar".
Carlos Suárez, candidato de esta formación al Congreso de los Diputados y que afirma que esta actuación se ha realizado en una zona de especial protección paisajística, se confiesa harto de "denunciar atentados en contra del arbolado situado en los márgenes de las carreteras de Gran Canaria, perpetrados por los que teóricamente deben cuidar de su mantenimiento. Unos árboles que dan vida al negro asfalto y que caen víctimas de la despiadada actuación de la consejería de Obras Públicas", que dirige el consejero Román Rodríguez, "en una acción de continuado arrasamiento de un valioso patrimonio natural".
Según un experto consultado por este periódico, los ejemplares, si bien no corren riesgo de secarse, sí que pueden ver mermado su crecimiento por la falta de aire en el cepellón y una menor irrigación en sus raíces, además de verse ahorcados a la altura del nuevo cerramiento.
En cualquier caso, según explicaba un segundo capataz agrícola, "normal sí que no es", reseñando que también podrían haber quedado dañados si la maquinaria pesada utilizada para las labores de pavimentación ha compactado excesivamente el cepellón de los pinos.
Mientras, ahí queda un nuevo paisaje que hasta hace unos días ilustraba la Gran Canaria verde para pasar ahora a un insólito pinar urbanizado.
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