Blogia
ASCAN1970

El cambio climático va a ser vital a la hora de ordenar el territorio´

El cambio climático va a ser vital a la hora de ordenar el territorio´

FORMACIÓN
Mario Rodríguez es a sus 43 años licenciado en Ciencias Físicas y especialista en Evaluación de Impacto Ambiental y Sistemas de Información Geográfica aplicados a la gestión ambiental. Ha trabajado en el Laboratorio del Corcho del Instituto de Investigaciones Agrarias y en empresas de ingeniería. En 1992 comienza su singladura en Greenpeace, donde ha llegado a participar activamente en la construcción de la campaña internacional de bosques de Greenpeace. 

Mario Rodríguez / Director de Campañas de Greenpeace España

El director de campañas de Greenpeace España, Mario Rodríguez, ha estado recientemente en las Islas con el objetivo de potenciar una iniciativa para que el Parlamento de Canarias realice un estudio sobre la implantación al cien por cien de energías renovables en el Archipiélago. La organización ecologista practicó el año pasado el mismo estudio a nivel peninsular. Como resultado, Greenpeace obtuvo cifras totalmente categóricas, ya que, a su juicio, en la Península se podría producir, de forma limpia, 55 veces más energía eléctrica de lo que necesita.

TONY M. ÁLAMO Para que lo entienda el común de los mortales, ¿qué es el cambio climático? -El cambio climático es el cambio que se produce en el clima como consecuencia de la actividad humana, a diferencia de los periodos naturales. Se está produciendo una aceleración en la evolución del clima hacia temperaturas mayores debido a la introducción de los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo? Todo esto ha producido este calentamiento, que ya ha tenido lugar en otras eras geológicas, pero que ahora está pasando en un periodo sumamente corto de tiempo. La principal consecuencia es que ninguna especie del planeta, incluido el ser humano, tendrá la capacidad de adaptarse. Los cambios son muy bruscos, ésta es la principal novedad. Por eso hay más de 3.000 científicos en todo el mundo, bajo el paraguas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), investigando por dónde va a evolucionar el clima y qué medidas se tienen que tomar.
-Pero hay algunos científicos que dudan de que la causa del cambio climático sea humana?
-Este cambio se ha estado produciendo en los últimos 20 años. Ya el año pasado fue crucial porque el panel intergubernamental para el cambio climático, que está auspiciado por la ONU, que son estos 3.000 científicos, los mejores expertos en clima, a los que aludía antes que se han puesto de acuerdo en que el origen de estos cambios es humano. Ya hay consenso. Se vio muy claramente en la reunión que hubo en Valencia en noviembre de 2007, donde se establecieron las medidas a tomar en el futuro. Esto es algo que ya incluso se ha admitido desde la Administración Bush, que ha estado sufragando el tipo de grupos científicos que lo negaban. Ese es un debate superado y no creo que haya nadie, más allá de los grupos científicos asociados a la industria petrolera que han estado las dos últimas décadas tratando de generar incertidumbre. Ahora mismo ya no hay incertidumbre, se sabe que la actividad humana ocasiona el cambio climático.
-¿Qué puede suponer?
-Estamos hablando de unos escenarios que van desde los dos a los seis grados de incremento, lo cual es muchísimo. Ahora el gran reto que se plantea, no sólo la comunidad científica internacional, sino también los gobiernos -y esto es algo que va a suceder en los próximos dos años- es qué va a pasar una vez que el Protocolo de Kyoto, que establece una serie de reducciones, finalice en 2012. Aquí está el reto.
-¿El aumento de temperatura qué significa?
-Por contextualizarlo en España con sus dos archipiélagos, la parte española del panel del que hablaba antes hizo un documento que publicó el Ministerio de Medio Ambiente que indica que el escenario más favorable produciría cambios de temperatura y una bajada del régimen de precipitaciones. A lo largo de este siglo hay una tendencia al incremento de temperaturas medias y a un calentamiento más acusado, sobre todo si no se frenan las emisiones que se están produciendo hasta ahora y también hay una reducción de las precipitaciones. Sí es cierto que en las zonas costeras y en los archipiélagos, sobre todo en Canarias, el incremento de temperatura es un poquito menor.
-¿Cuánto aumentaría la temperatura?
-Según los escenarios, en situaciones críticas, se podrían producir incrementos de cinco a siete grados en verano y de tres a cuatro en invierno, sobre todo en el interior de la Península, sin embargo en Canarias se registrarían unos dos grados de incremento menos en verano y tres menos en invierno, con lo que el choque de temperaturas sería más atenuado.
-¿Y las lluvias?
-En cuanto al régimen de precipitaciones, se produciría lo que estamos observando ahora, una mayor acumulación de los periodos de precipitación, que serían más torrenciales, dando lugar a más inundaciones y mucho menos repartidos a lo largo del tiempo. Es decir, que si antes llovía a lo largo de la primavera y del otoño fundamentalmente, ahora mismo se producen episodios de lluvia muy drásticos que los hemos vivido en todas partes de España en los últimos dos años. Aumentarían las precipitaciones hacia el oeste en invierno y en el noreste en otoño, es decir que estos periodos se concentrarían en distintos épocas en los diferentes lugares del país. Esto es algo que está cotejado y que debería hacer pensar.
-¿Puede afectar el cambio climático a la economía?
-Lo cierto es que hay otro tema importante que sí que está muy vinculado a los sectores productivos como el turismo, que es la afección a la costa. Los modelos que se están estudiando sobre elevación del nivel del mar establecen un aumento medio de 50 centímetros. Eso supone que la línea de costa variaría y, teniendo en cuenta cómo está de construidos los 8.000 kilómetros de costa del Estado, produciría un cambio en la morfología y podría afectar a las zonas construidas. Los problemas más graves están en el Mediterráneo: en el delta del Ebro, del Llobregat, la Manga del Mar Menor y en la costa de Doñana. Son zonas muy críticas porque a veces incluso están por debajo del nivel del mar. Habría que actuar en actividades de estabilización del litoral, habría que permitir que los ríos siguieran depositando nutrientes en la costa para estabilizarla, que sigan conformando la costa. Es cierto que se van a ir produciendo cambios, no drásticos, pero que serán persistentes en el tiempo.
-¿Tiene todo esto alguna incidencia con desastres ecológicos como los incendios forestales?
-Piensa que la frecuencia de incendios devastadores, independientemente del origen que casi siempre es humano, en cuanto a la intensidad, con veranos más drásticos y más prolongados en el tiempo va a dar más intensidad, más virulencia y más superficie devastada. Esto va a hacer variar la política forestal y establecer una silvicultura y una gestión de los bosques para hacerlos más resistentes al fuego. Insisto que en España hay un factor adicional que es que casi el 90 por ciento de los incendios se deben a la actividad humana. Esto es una debilidad, pero también una fortaleza, que se puede controlar y reducirse o eliminarse.
-¿Habrá consecuencias en otros campos?
-Bueno, el documento que publicó el Ministerio da pautas a los gestores del territorio. Permite que vayan teniendo en cuenta el cambio climático a la hora de introducir los parámetros de ordenación del territorio. Hoy en día, en un proyecto urbanístico se debe de tener en cuenta la capacidad de suministro de agua, porque se sabe de su escasez. Dentro de poco deberá tenerse en cuenta la existencia de grandes incendios, la posibilidad del nivel mar aumente? Va a marcar la agenda de planificación territorial, no sólo en España, pero todos los gestores del país, ya sea a nivel nacional, autonómico o local, tendrán que tenerlo en cuenta. En la próxima década el cambio climático va a ser vital a la hora de ordenar el territorio.
-¿Una solución puede estar en la acumulación de más agua?
-No, no se va a solucionar poniendo más embalses o intentando acumular más el agua, porque el problema va a ser de escasez de agua. No va a haber agua para acumular. Quizá se daría una imagen equivocada a la ciudadanía si se piensa que con hacer más presas vamos a solucionar el problema. No es así, el problema es que va a haber escasez del recurso y hay que gestionarlo mejor. Al margen de que se pueda hacer un uso más eficiente del agua, la red de tuberías no pierda tanto? Estamos hablando que en la red de tuberías se pierde de media el 30 por ciento de agua. Otro problema es que hay sistemas de regadío agrícola totalmente arcaicos. Hay que apostar por la tecnología, a la eficiencia y al ahorro de agua, así como en las grandes ciudades habrá que tener un consumo responsable. Se va a tener que valorar el agua en su justa medida. Pero ojo, esto no quiere decir que la situación no sea incontrolable. Podemos mantener la calidad de vida que tenemos actualmente, simplemente derrochando menos. No estamos hablando sino de cambiar algunas pautas de consumo. El agua vale tan barata que, en principio, la gente no es consciente que si se deja el grifo abierto o riega por inundación una zona de cultivo no es que no pase nada. Va a haber que cambiar y utilizar otras técnicas para fomentar el ahorro.

http://www.laopinion.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2008051900_24_147649__2C-cambio-climatico-vital-hora-ordenar-territorio

0 comentarios