´Desalojamos a los vecinos en el incendio para evitar males mayores´
El máximo responsable de Medio Ambiente del Cabildo insular señaló ayer desconocer las causas que habían originado el incendio de Gáldar, uno de los más importantes que se han registrado hasta ahora en la Isla durante la temporada de verano
LOURDES S. VILLACASTÍN
- ¿Se sabe ya cómo se produjo el incendio?
- Es pronto para ello. Ahora se han desplazado los técnicos para hacer los estudios y análisis pertinentes para saber el origen. Pero, por el momento, se desconoce.
- ¿Por qué se decidió desalojar a los vecinos?
- La medida fue muy acertada. Nadie sabe lo que puede ocurrir en estos casos. Las viviendas estaban muy cercanas al fuego. Desalojar a los vecinos es una medida de prevención para evitar males mayores.
- ¿Qué medidas está llevando a cabo el Cabildo insular para evitar los incendios este verano?
- El Cabildo insular de Gran Canaria ha incrementado el dispositivo contraincendios, que está operativo durante todo el año, durante los meses de julio, agosto y septiembre. En este momento, hay 201 personas trabajando entre cuadrillas, unidades y demás personal de vigilancia forestal, además de los helicópteros. Este año se han sumado 20 personas más al dispositivo contraincendios.
- ¿Se han incrementando las medidas de control desde el gran incendio de 2007?
- Aparte de la enseñanza que nos pueda haber quedado de la desgracia del incendio de 2007, antes y después, se han extremado siempre las medidas de control de incendios. Prioritariamente, las labores de prevención. Siempre se ha dicho que los incendios se apagan en invierno. Si en la zona de Medianías y Cumbre limpiamos el campo y se ponen en marcha labores de prevención, nos evitaremos males mayores. Sabemos que no hay capacidad para limpiar toda la isla. Por otro lado, el abandono del sector primario ha propiciado que lo que siempre fue un recurso sea hoy un residuo peligroso, altamente pirófito. Todo esto tiene que llevar a un cambio en la política de Medio Ambiente. El pasado año pusimos una medida novedosa e importante: destinamos de los presupuestos de la Consejería unos 125.000 euros para roturar terrenos abandonados para luchar contra el fuego, en acuerdo con los propietarios. Ha sido una satisfacción hacerlo, y continuaremos en ello. Por otro lado, hemos comprobado que, con la roturación, algunas personas han vuelto a cultivar. Esperamos incrementar las cantidades para este año.
- ¿No sería más eficaz penalizar a los propietarios que tienen abandonadas sus tierras?
- A nadie se le esconde que el abandono del campo ha sido por necesidad y por obligación. Desde las administraciones se incentiva a la gente joven para que vuelva al sector primario. De esa forma, también importaríamos menos alimentos de lo que lo hacemos ahora. Creo que, lejos de sancionar, lo más justo es incentivar la vuelta al campo.
- En estos días de verano, ¿qué es lo que más preocupa a los efectivos que trabajan en el control de incendios? ¿Las altas temperaturas o los vientos?
- Las previsiones meteorológicas a partir de este viernes son que bajarán las temperaturas, aunque sabemos que el calor es propio de esta época. Los vientos continuarán en las zonas altas y se podrán alcanzar rachas de 70 y 75 kilómetros por hora, pero al ser las temperaturas más bajas, el ambiente será más fresco y habrá humedad. Todo indica que estaremos fuera de peligro, aunque nunca se está. Si en países con más medios y más adelantados que nosotros, desgraciadamente, se les quema el paisaje y algunas personas mueren extinguiendo el fuego es osado pensar que nosotros estamos fuera de peligro. Éste siempre existe y lo que hay que hacer es extremar las medidas. Principalmente, en Medianías y en la Cumbre.
- A pesar de las medidas preventivas y de los controles que hay durante el verano, siempre se produce algún incendio. ¿Qué les pediría a los ciudadanos que estos días suben al campo?
- Lo que solicito a los ciudadanos de Gran Canaria es colaboración y responsabilidad. Las medidas de precaución ya están tomadas. Es decir, está prohibido encender barbacoas, incluidas las de la zona de recreo, quemar rastrojos y tirar fuegos artificiales en zonas de campo. Todo ello para tratar de no aumentar las posibilidades de que hay riesgos, de las que ya se encarga la propia Naturaleza. Pero la ciudadanía tiene que ser responsable.
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