¿Resistirán los guinchos la Furia de los Titanes?
Tenerife tiene el privilegio de albergar una de las más importantes poblaciones de guincho del territorio español. Guincho, expresión de origen portugués, es la denominación que damos en Canarias al águila pescadora, una magnífica rapaz especializada en la captura de peces. Para que nos hagamos una idea de la relevancia que tiene Tenerife para la conservación de la especie baste decir que en la isla están censadas cuatro de las 24 parejas que hay en toda España. El guincho es el ave salvaje más grande que sobrevuela los cielos de la isla y es todo un emblema natural de calidad ambiental. Es una especie de tal atractivo en el ámbito de la conservación de la naturaleza que ha sido objeto de costosos proyectos de reintroducción en el Reino Unido y, en estos momentos, en la España peninsular, en concreto en Andalucía.
Las cuatro parejas de Tenerife tienen como último lugar de nidificación los acantilados de Los Gigantes, en Teno. Desgraciadamente, el éxito reproductor es bajo y son muy pocos los jóvenes guinchos que salen adelante cada año. Esta primavera, de nuevo, se repiten las circunstancias adversas, y en un rincón de Teno una pareja de águilas se afana para que sobreviva uno de los pocos jóvenes nacidos este año.
Pero una amenaza se cierne sobre el futuro del joven guincho y, por extensión, de la especie en Tenerife. Existe la intención, durante el próximo rodaje de la película “Furia de Titanes 2”, de hacer vuelos rasantes con helicóptero y filmaciones de desembarcos justo en la zona donde tiene el nido una de las últimas parejas reproductoras. Es muy probable que las molestias e interferencias humanas en un momento tan delicado de la cría provoquen que las águilas abandonen el nido.
Precisamente la conservación del guincho, así como la de otras especies amenazadas que nidifican en los acantilados de Teno, como los halcones de Berbería, fue el motivo fundamental que justificó la declaración como zonas de uso restringido de algunos enclaves de Teno, como el Barranco de Los Carrizales. ¿Cómo se puede justificar, desde el punto de vista de la conservación, que una zona con un alto grado de protección sea vulnerada por una intervención humana que amenaza los valores por los que se ha declarado esa reserva?
Cualquier posible actividad en zonas de tan alto valor ecológico debería contar con el preceptivo estudio de impacto para que los gestores dispusieran de la máxima información antes de tomar cualquier decisión. ¿La persona responsable del Cabildo que ha autorizado el “desembarco” de la productora cinematográfica ha contado con este documento de impacto? Si no ha sido así, se trataría de un hecho muy grave, puesto que cuestionaría su responsabilidad.
El que se ruede una película en la isla es un evento relevante que supone una fuente de promoción e ingresos. Creo que es de sentido común defender este tipo de proyectos, pero también es necesario que no vayan en menoscabo de nuestro patrimonio. Una buena gestión implica compatibilizar recursos y sobran fechas y lugares alternativos para evitar que fracase la nidificación de una de las últimas parejas reproductoras de águilas pescadoras de Tenerife.
Estos días se ha puesto de relieve que uno de los principales reclamos para los visitantes de Tenerife es su medio natural. Y qué mejor embajador tenemos de la naturaleza canaria que el majestuoso vuelo del guincho. En los últimos cincuenta años han desaparecido de los cielos tinerfeños nada menos que tres especies de aves, dos de ellas de gran tamaño, como el guirre y el milano real. Sería una grave irresponsabilidad que permitiéramos la extinción del guincho, una de las aves simbólicas de la naturaleza canaria.
Por último, planteo una pregunta a políticos y responsables de la productora cinematográfica ¿Qué hubiera pasado en Estados Unidos si hubieran querido filmar en el último territorio de cría del Cóndor de California o de una pareja de Pigargo Cabeciblanco, símbolo de la nación? La respuesta creo que es obvia y pone de relieve diferencias de compromiso y sensibilidad que revelan enormes distancias culturales.
http://www.ecologistasenaccion.org/article20636.html
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