Greenpeace alerta de que Medio Ambiente construirá una incineradora en Ceuta
La organización ecologista Greenpeace alertó ayer de que el Ministerio de Medio Ambiente ha incluido en el Plan Nacional de Residuos, que presentó el lunes en Sevilla, la implantación en Ceuta de una planta incineradora de basuras con capacidad para destruir más del 90 por ciento de los residuos que genera la ciudad .
Según el colectivo ecologista, se vulneraría “el principio de jerarquía” por mantener vigente la terminología de valorización energética para justificar la construcción no sólo en Ceuta, sino en otras autonomías, de varias plantas térmicas “sin considerar el impacto ambiental y sanitario que generan por la emisión de sustancias muy contaminantes”.
No es la primera vez que se habla de incineración en Ceuta, cuyo ayuntamiento llegó a adjudicar en el año 1994 a la empresa Resurce, una sociedad de las empresas Abengoa y la francesa Esys Montenay, la construcción de una planta de tratamiento de basura, que luego resultó ser una incineradora y que generó todo un movimiento ciudadano en su contra de tal magnitud que la planta no se construyó y la empresa adjudicataria inició a mediados de los años 90 un litigio contra el entonces ayuntamiento por incumplmiento de contrato y que aún no ha concluido.
Planta de tratamiento
La consejera de Medio Ambiente, Carolina Pérez, admitió ayer que la Ciudad está “en conversaciones” con el Ministerio de Medio Ambiente para la construcción en la ciudad de una planta de tratamiento de residuos, “pero ya no se habla de una incineradora”. Lo que también reconoció es que la intención es iniciar un acercamiento a las empresas a las que se adjudicó en 1994 el proyecto, utilizando al ministerio de Cristina Narbona como mediador “y desbloquear así la situación actual”. De hecho, cada vez que la Ciudad plantea la construcción de alguna instalación para el tratamiento de residuos “Resurce (sociedad adjudicataria en 1994) nos pone una demanda. Y así vamos de litigio en litigio”, indicó Carolina Pérez.
La titular de Medio Ambiente subrayó que es imprescindible que Ceuta cuente con una instalación “permanente” que evite el traslado de residuos a la península, tal y como se viene haciendo en los últimos años y que tiene un coste de 1,8 millones al año. “Lo que está claro es que así no podemos seguir. El barco se lo lleva todo, hasta las podas de los árboles, y es necesario tener una planta de tratamiento, pero de ahí a decir que se va a construir una incineradora son palabras mayores”, dijo.
Además recordó que el Gobierno de la Nación paga dos millones de euros por el traslado de residuos no sólo desde Ceuta, sino también por el tratamiento de residuos de Baleares o Canarias, “por lo que la situación es insostenible y no podemos pensar que trasladar basura en barco es algo que pueda durar siempre”.
Para los ecologistas de Greenpeace, una de las medidas más “incoherentes” del plan del Ministerio de Medio Ambiente es precisamente la construcción de la incineradora. La responsable de la campaña de tóxicos de la organización, Sara del Río, explica que un compromiso serio para acabar con el problema de la eliminación de basuras “pasa por ir dando de lado a la incineración de residuos, una medida que no sólo no acaba con este problema, sino que lo agrava, entre otras razones por la emisión de contaminantes tóxicos”.
La misma opinión es compartida por la asociación Septem Nostra. Su presidente, José Manuel Pérez, se mostró ayer bastante sorprendido por un anuncio “que es contradictorio con lo que Europa piensa sobre la reutilización de los residuos”. De hecho, recordó que el Parlamento Europeo ha declarado que la incineración es un proceso “similar” al de la eliminación de residuos, que provocará emisiones de CO2 y que no elimina el 100% de los residuos, sino que sólo los reduce a cenizas que necesitan un vertedero especial para residuos tóxicos. Pérez Rivera recuerda además que se “desincentiva” el reciclaje y que en la Agenda 21 todos los agentes descartaron la opción de una incineradora para Ceuta.
r.a.
ceuta. Los ceutíes generan hoy un 72 por ciento más de basura que en 1996 según un estudio realizado el pasado año por Greenpeace España. Según este estudio, la ciudad posee el dudoso honor de ser el lugar en el que más creció la generación de residuos en los últimos ocho años, algo que según los ecologistas se agrava por “por la falta de políticas de prevención” ya que en Ceuta sólo se recupera un 4,6% de sus residuos domésticos. El resto acaba en el vertedero de la península a donde son transferidos los contenedores cada día. Para Greenpeace, Ceuta no podrá poner freno al problema de las basuras “si no se adoptan medidas destinadas a la prevención y a la recuperación de residuos”.
Según los datos de la organización, en Ceuta se generan 42.365 toneladas de basura y cada uno de sus habitantes más de kilo y medio. Entre los años 1996 a 2003, la producción de residuos urbanos creció más de un 72% y de ellos se liminan en 95%, lo que implica una ausencia “casi total” de políticas destinadas a favorecer el reciclaje.
Los ecologistas también advierten de que la incineración es un “beneficioso negocio” que ha surgido en torno a las basuras “y que está bloqueando la solución del problema”. Las incineradoras son un tratamiento de eliminación “y no de recuperación” que para Greenpeace “resurge como respuesta política al problema de los residuos en muchos lugares de España con fuertes subvenciones”. Por ello exige que se defina de cara al Plan Nacional de Residuos que se acaba de presentar un cambio d modelo fundamentado en el residuo cero “cuyo objetivo es alcanzar la recuperación de todos los materiales que se encuentran entre las basuras”. Hoy por hoy sólo se está aplicando con éxito en países con una larga tradición como Alemania o Suiza.
http://www.elfaroceutamelilla.com/noticia.asp?ref=23436
No es la primera vez que se habla de incineración en Ceuta, cuyo ayuntamiento llegó a adjudicar en el año 1994 a la empresa Resurce, una sociedad de las empresas Abengoa y la francesa Esys Montenay, la construcción de una planta de tratamiento de basura, que luego resultó ser una incineradora y que generó todo un movimiento ciudadano en su contra de tal magnitud que la planta no se construyó y la empresa adjudicataria inició a mediados de los años 90 un litigio contra el entonces ayuntamiento por incumplmiento de contrato y que aún no ha concluido.
Planta de tratamiento
La consejera de Medio Ambiente, Carolina Pérez, admitió ayer que la Ciudad está “en conversaciones” con el Ministerio de Medio Ambiente para la construcción en la ciudad de una planta de tratamiento de residuos, “pero ya no se habla de una incineradora”. Lo que también reconoció es que la intención es iniciar un acercamiento a las empresas a las que se adjudicó en 1994 el proyecto, utilizando al ministerio de Cristina Narbona como mediador “y desbloquear así la situación actual”. De hecho, cada vez que la Ciudad plantea la construcción de alguna instalación para el tratamiento de residuos “Resurce (sociedad adjudicataria en 1994) nos pone una demanda. Y así vamos de litigio en litigio”, indicó Carolina Pérez.
La titular de Medio Ambiente subrayó que es imprescindible que Ceuta cuente con una instalación “permanente” que evite el traslado de residuos a la península, tal y como se viene haciendo en los últimos años y que tiene un coste de 1,8 millones al año. “Lo que está claro es que así no podemos seguir. El barco se lo lleva todo, hasta las podas de los árboles, y es necesario tener una planta de tratamiento, pero de ahí a decir que se va a construir una incineradora son palabras mayores”, dijo.
Además recordó que el Gobierno de la Nación paga dos millones de euros por el traslado de residuos no sólo desde Ceuta, sino también por el tratamiento de residuos de Baleares o Canarias, “por lo que la situación es insostenible y no podemos pensar que trasladar basura en barco es algo que pueda durar siempre”.
Para los ecologistas de Greenpeace, una de las medidas más “incoherentes” del plan del Ministerio de Medio Ambiente es precisamente la construcción de la incineradora. La responsable de la campaña de tóxicos de la organización, Sara del Río, explica que un compromiso serio para acabar con el problema de la eliminación de basuras “pasa por ir dando de lado a la incineración de residuos, una medida que no sólo no acaba con este problema, sino que lo agrava, entre otras razones por la emisión de contaminantes tóxicos”.
La misma opinión es compartida por la asociación Septem Nostra. Su presidente, José Manuel Pérez, se mostró ayer bastante sorprendido por un anuncio “que es contradictorio con lo que Europa piensa sobre la reutilización de los residuos”. De hecho, recordó que el Parlamento Europeo ha declarado que la incineración es un proceso “similar” al de la eliminación de residuos, que provocará emisiones de CO2 y que no elimina el 100% de los residuos, sino que sólo los reduce a cenizas que necesitan un vertedero especial para residuos tóxicos. Pérez Rivera recuerda además que se “desincentiva” el reciclaje y que en la Agenda 21 todos los agentes descartaron la opción de una incineradora para Ceuta.
r.a.
ceuta. Los ceutíes generan hoy un 72 por ciento más de basura que en 1996 según un estudio realizado el pasado año por Greenpeace España. Según este estudio, la ciudad posee el dudoso honor de ser el lugar en el que más creció la generación de residuos en los últimos ocho años, algo que según los ecologistas se agrava por “por la falta de políticas de prevención” ya que en Ceuta sólo se recupera un 4,6% de sus residuos domésticos. El resto acaba en el vertedero de la península a donde son transferidos los contenedores cada día. Para Greenpeace, Ceuta no podrá poner freno al problema de las basuras “si no se adoptan medidas destinadas a la prevención y a la recuperación de residuos”.
Según los datos de la organización, en Ceuta se generan 42.365 toneladas de basura y cada uno de sus habitantes más de kilo y medio. Entre los años 1996 a 2003, la producción de residuos urbanos creció más de un 72% y de ellos se liminan en 95%, lo que implica una ausencia “casi total” de políticas destinadas a favorecer el reciclaje.
Los ecologistas también advierten de que la incineración es un “beneficioso negocio” que ha surgido en torno a las basuras “y que está bloqueando la solución del problema”. Las incineradoras son un tratamiento de eliminación “y no de recuperación” que para Greenpeace “resurge como respuesta política al problema de los residuos en muchos lugares de España con fuertes subvenciones”. Por ello exige que se defina de cara al Plan Nacional de Residuos que se acaba de presentar un cambio d modelo fundamentado en el residuo cero “cuyo objetivo es alcanzar la recuperación de todos los materiales que se encuentran entre las basuras”. Hoy por hoy sólo se está aplicando con éxito en países con una larga tradición como Alemania o Suiza.
http://www.elfaroceutamelilla.com/noticia.asp?ref=23436
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