La responsable del programa de cría en cautividad del lince ibérico asegura que en España no existe ningún hábitat adecuado

La directora del programa de cría en cautividad del lince ibérico en el Parque Nacional de Doñana, Astrid Vargas, señaló hoy que en España no hay ninguna zona que reúna las características que debe tener el hábitat natural en el que se cría o puede reintroducirse el lince ibérico.

Vargas explicó que, gracias a los programas de cría en cautividad que se están desarrollando, a partir de 2010 habrá ejemplares para programas de reproducción en un hábitat natural, pero lamentó que no haya en España un área que se reúna las condiciones que permiten sobrevivir a un población de linces ibéricos. Para que esta población sea viable debe ocupar una zona de unas 10.000 hectáreas de monte mediterráneo, con abundancia de conejos y sin presencia del hombre, ya sea en forma de carreteras, vías de tren o campos de Golf. En su conferencia ´Integración de disciplinas en la conservación de especies en peligro: el lince ibérico como ejemplo actual´, dentro de los cursos de verano de la Universidad Complutense, Vargas dijo se han seleccionado dos zonas en Andalucía que se está tratando de preparar para la suelta y que en 2009 se decidirá a cuál de ellas se destina la población de linces reproducidos en cautividad. Vargas lamentó que tanto las administraciones públicas como los medios de comunicación presten más atención a los nacimientos de cachorros en centros de cría, menos importantes que el desarrollo de hábitats adecuados. "La cría en cautividad es una herramienta de apoyo, pero no es suficiente para la supervivencia de la especie", aseguró. Con respecto a los centros de cría, la científica explicó que actualmente existen tres en España (en el zoológico de Jerez, en Doñana y en Sierra Morena) y que está prevista la puesta en marcha de otros tantos: uno en el Algarve (sur de Portugal), otro próximo a Plasencia (Cáceres), y el último cerca de Córdoba Sobre el futuro del lince ibérico, dijo ser "optimista", aunque afirmó que la especie "está muy mal, al borde de la extinción, no solo en peligro crítico". "Podemos entre todos hacer lo máximo que podamos, pero eso no garantiza la supervivencia" del lince ibérico, sentenció Vargas, quien añadió que desde los años 80 ha desaparecido el 90 por ciento de la población de esta especie. No obstante, destacó que en los últimos tres años han nacido 19 linces en cautividad (aunque no todos han sobrevivido) y que éstos ya suman 36 ejemplares. En cuanto a los linces ibéricos que viven en libertad, más de 150 entre los aproximadamente 120 de Sierra Morena y unos 40 en Doñana, Vargas expresó su preocupación por los que habitan en el Parque Nacional, que, a su juicio, "son pocos para que esté garantizado el futuro de esa población". Vargas valoró el "esfuerzo por parte de las administraciones nacionales e internacionales", pero matizó que el éxito en esta tarea es difícil "por factores que no se puede controlar como las epidemias o los fuegos en verano". Esta experta precisó que el lince ibérico no es una "pieza clave del ecosistema", a diferencia del conejo, pero actúa como "especie paraguas": "Protegiendo al lince se protege un área muy grande de monte mediterráneo, y conservando ese monte se protege a una infinidad de especies", dijo. Por otra parte, explicó cuáles son los pasos para elaborar una estrategia de conservación de especies en peligro y la conveniencia de definir claramente el problema y fijar los objetivos, así como la necesidad de contar con especialistas en distintas disciplinas científicas.

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