Árboles para mañana

Más de medio millar de voluntarios, entre scouts, miembros de la comunidad hindú de Tenerife y otras asociaciones de la Isla, participaron ayer en una nueva edición de Reforesta, una actividad del Cabildo de Tenerife centrada en la reforestación de un bosque de laurisilva en La Esperanza, con la que se pretende concienciar a la población sobre la importancia del cuidado de nuestra naturaleza.

DANIEL MILLET | EL ROSARIO Los tiempos han cambiado. Tanto que los hombres tienen que plantar árboles para recuperar los bosques perdidos y si sigue así de cálido noviembre, habrá que regar los brotes artificialmente pues no hay forma de que llueva. Así lo manifestó Wladimiro Rodríguez, consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife, mientras a su alrededor un hormiguero rojo de voluntarios entusiastas reforestaban de laurisilva un importante sector de la finca Data Coronado, en La Esperanza, en la que también hay cuadras con más de un centenar de vacas.
Más de medio millar de personas procedentes de Cruz Roja, la Federación de Scouts, la empresa Fuente Alta, el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, el Ayuntamiento de Santa Cruz o miembros de la comunidad hindú plantaron la mañana de ayer más de 3.000 bebés de algunas de las especies más emblemáticas del monteverde canario, como laureles, viñátigos y fayas. "Castores, tienen que ir para arriba", dice a los más pequeños el monitor de uno de los grupos de Scouts. Los chicos responden con disciplina. Uno, especialmente animado, tararea "soy el rey de los cien acres" mientras se encamina a donde los responsables de esta actividad, Reforesta 2007, reparten los brotes.
En medio de los restos de eucaliptos talados, Paula Ortiz cava con cierta dificultad. La guataca es más alta que ella, pero la niña pone todo el empeño, ataviada con una de las camisetas rojas repartidas por el Cabildo. "Me encantan los árboles y sobre todo los bosques porque tienen muchos animalitos", señala Paula, quien apunta que le va a llevar una maceta a su profesor y promete que pondrá alguna planta en su casa. Tanto ella como otros muchos niños cuentan que es la primera vez que participan en esta actividad. Muy cerca, Wladimiro se pone una de las camisetas, mientras explica que la idea es fomentar los valores ecológicos entre los más pequeños y aprovechar la participación de los voluntarios para devolver a este paraje un bosque de laurisilva que fue sustituido a principios del siglo pasado por eucaliptos y pinos insignes, traídos con el objetivo de obtener madera para la construcción.
En medio de un calor impropio de estas alturas del año en La Esperanza y de una nube de polvo que levantan los participantes, que van de aquí para allá concienciados con la causa, María Candelaria Martín, de la Oficina de Participación y Voluntariado Ambiental del Cabildo, da algunas instrucciones. "Estas actividades son muy importantes que los pequeños y no tan pequeños se conciencien de la importancia de cuidar y querer nuestra naturaleza", afirma, para precisar que Reforesta 2007 se adelantó a ayer por necesidades organizativas cuando iba a celebrarse el próximo domingo, coincidiendo con el Día del Árbol Canario. "Seño, seño, ¿dónde puedo plantar este árbol?", le pregunta un niño como si fuera su profesora.
La jornada incluyó una charla sobre las características del bosque de laurisilva y las especies a reforestar, que era seguida con desigual interés a medida que se iban incorporando los diferentes grupos y les iban entregando los arbolitos. Algunos padres aprovechaban para conversar y Paula se lo estaba pasando en grande. "Aquí mi madre me deja jugar por donde quiera", apunta con cara de pilla, lista para enterrar sus primeras raíces del día.

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