Próxima reserva de la biosfera
Dunas de Corrajeo, al norte de Fuerteventura. (Foto: G. C. D.)
La apuesta verde de Fuerteventura
Gustavo Catalán Deus | Puerto del Rosario
La ventanilla de la Unesco en París recibió la candidatura del Cabildo Insular el pasado día 11 de noviembre. Todos los avales, estudios científicos, cartografías, memorias, planificación territorial y de recursos naturales, trabajos y proyectos de conservación están en la documentación. También se ha sometido al periodo de información pública. Y cuenta con el apoyo del Gobierno central y autonómico, además del de un plantel de personalidades del mundo científicos y cultural de la isla.
«No contemplamos que la propuesta sea rechazada. Si acaso, podría retrasarse al otoño si no entra en la agenda de la reunión de primavera», afirma Tony Gallardo, gerente de Medio Ambiente del Cabildo Insular.
«Hay razones más que sobradas para ser la nueva Reserva de la Biosfera de España», añade Gallardo. Según la lista de esta red de espacios bien conservados pese a la actividad humana, Fuerteventura sería la 40 de las existentes en España y estaría entre las más de 500 repartidas en 102 países.
El Programa Hombre y Biosfera de la Unesco designa estas áreas para que sirvan como ejemplo de sinergia entre la actividad humana y los recursos naturales. En general, las más de 500 reservas funcionan como un laboratorio de sostenibilidad, aunque no siempre sea así, y haya habido ocasiones que la Unesco descataloga alguna de ellas.
En el caso de Fuerteventura, una isla que ha doblado su población en la última década y que ha tenido en este tiempo un crecimiento turístico desmedido, impactante y especulativo con claros ejemplos de malas prácticas, esta era la primera condición a solventar para reclamar la reserva mundial.
El Cabildo ha aprobado un nuevo Plan Territorial de Ordenación del Turismo, que según fuentes oficiales «significará no construir un 30% de las 150.000 camas hosteleras previstas». Este plan llega tras la anterior Ley de Ordenación del Territorio de Canarias, que trajo una moratoria y desclasificó todos los planes que no tenía una licencia definitiva.
Sin embargo, un mar de grúas se levanta allá donde se dirija la vista. Bloques y más bloques �muchos parados por la crisis� siguen poniéndose en pie en la costa de sotavento. Esta sigue siendo una de las principales alegaciones de los Verdes de Canarias a la propuesta de reserva del Cabildo.
No obstante, Fuerteventura cuenta con sobrados valores ambientales, pese a los desaguisados urbanísiticos. Impulsados por el Cabildo Insular, en manos de la Asamblea Majorera, uno de los partidos que integran Coalición Canaria, han puesto en marcha con éxito planes para recuperar el guirre (alimoche), que ha pasado de 140 a 190 ejemplares. Se ha iniciado un plan para lograr que la playa de Cofete, al suroeste de la isla, vuelva a ser zona de nidificación de la tortuga boba.
Pronto estará también en marcha una reserva de seis millones de metros cuadrados para aves esteparias, donde se pondrá en marcha una Estación Científica para la avifauna autóctona de la isla, una de su joyas naturales. Especies como la hubara, encuentran refugio en la zonas semiáridas del interior de la isla. Y cómo no mencionar los recursos marinos, de elevada biodiversidad con presencia de cetáceos y grandes pelágicos.
Con paso firme, las autoridades de la isla afirman querer caminar hacia modelos más sostenibles que los de años atrás. Tras lograr ser Reserva de la Biosfera, quieren proponer que miles de hectáreas de la isla sean declaradas Parque Nacional. Ya trabajan en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del que de momento se llamaría Parque Nacional Marítimo Terrestre Corredor de Barlovento, que ocuparía gran parte de la costa oeste, la isla de Lobos y cinco millas marinas. «Es un territorio casi virgen, sin construcciones ni poblaciones, con hábitats esteparios y desérticos. Sería el parque representativo de la Macaronesia que le falta a la red española», asegura Gallardo.
Pero llegaría acompañado de dos ’regalitos’: reemprender la obra escultórica concebida por Chillida, que requiere el vaciado de la montaña de Tindaya, y hacer una autovía Norte-Sur, que impactaría gravemente en las poblaciones de aves esteparias.
Los Verdes no aceptan estos dos proyectos �aunque apoyan «teóricamente» cualquier propuesta de protección� y aseguran que la «declaración de la Reserva de la Biosfera queda totalmente sin sentido ni contenido hasta que no se corrijan [las alegaciones]».
«Tindaya no es incompatible con el parque nacional», dice el Cabildo. Y sobre la autovía todavía podrían modificarse los trazados más impactantes. No sólo las autoridades y los ecologistas creen en la sostenibilidad. El hotel Atlantis Bahía Real acaba de obtener la certificación Biosphere, primera empresa hostelera de Fuerteventura en lograrla. Sus méritos sostenibles han sido evaluados por el Instituto de Turismo Responsable, que extiende su red por Venezuela, Chile y España.
El Atlantis Bahía Real se ha implicado editando dos guías de buenas prácticas para los trabajadores y los clientes. El personal recibe formación para reducir consumos, reciclar y reutilizar productos y clasificar los residuos. A los clientes se les anuncia esas prácticas y se les pide su colaboración, según el director, Javier Tello. Jardines con plantas autóctonas y actividades ambientales completan su apuesta.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/16/ciencia/1232131306.html
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